Antes de comenzar a relatar sobre otros lugares, quisiera introducir mi propia historia de mi propio lugar.
Todo comienza en el año dos mil, cuando mis padres argentinos deciden casarse y mudarse al lugar de su luna de miel. Entre tantos destinos, decidieron vivir en Tenerife, la isla más grande de las Canarias, España.
Esta isla pertenece al archipiélago canario, en la que cuenta con otras 7 islas más. Geográficamente se localiza en el océano Atlántico, junto a las costas de Marruecos. Además destacan por su composición volcánica con diversas teorías interesantes sobre el surgimiento de estas, ya que su origen no está tan claro como el de otros archipiélago como el de Hawaï.
Por otro lado, debido a su contable historia de inmigración tiene influencia de diversas culturales, sobre todo latinoamericanas. Aunque, no obstante, cuentan con sus propios aborígenes, los guanches, con sus propias estructuras sociales, lenguas, símbolos y creencias.
Por último, es importante no olvidar que cuenta con diversas especies endémicas, tanto en plantas como en animales. Por ser uno de los lugares que contiene muchos tipos de subclimas y una tasa importante de turismo por sus parajes idílicos.
Ahora, tras explicar varios puntos del lugar y algunos detalles técnicos, sigamos con el hilo de la historia, ya que no ha hecho más que empezar.
Una vez mis padres instalados, tuvieron una de las decisiones más importantes para un matrimonio, formar una familia.
Del cual, nací yo y luego, mi hermana menor, en la que tuvimos una gran infancia y éramos una familia más de este mundo, con su casa, su coche, sus mascotas, sus colegio. Todo típicamente normal hasta que llegó un gran suceso que no solo marcó en nuestra historia, sino que marcó a la de muchos otros.
La crisis económica de 2012, yo era muy pequeña, por ese entonces ni era consciente de lo que pasaba a mi alrededor y ni conocía el concepto de burbuja inmobiliaria. Esto hizo que destrozara nuestra situación financiera por completo.
Sin más remedio, nuestros padres tomaron la elección de volver a Argentina, su país natal y empezar de nuevo. Así es como nos trasladamos de un continente a otro, dejando todo atrás, algo que nos dio nueva enseñanzas como el desapego material.
Una vez allí, nos mudamos de una provincia a otra, finalmente quedándonos en la ciudad de San Carlos de Bariloche, Río Negro.
Esta ciudad es notoriamente conocida por sus numerosos cerros, en la que muchísimos turistas de diferentes países disfrutan del invierno con las pistas de esquí, un chocolate caliente y un buen hospedaje rústico, todo digno de una película.
Además, destaca con ser una de las ciudades fronterizas al gran lago glacial de la cordillera de los Andes, el Nahuel Huapi.
Sus paisajes y su clima son totalmente diferentes al de Canarias, reemplazando el gran Sol por nubes grises y duros inviernos. La lluvia y la nieve era lo más común, y los días soleados una rareza que se debía disfrutar al máximo.
Por último, el diseño de sus casas y del centro están inspiradas arquitectónicamente en Suiza.
Luego de tres años en Bariloche, conmovidos por la nostalgia de nuestros antiguos amigos, nuestra familia y otro conjunto de circunstancias, volvimos a Canarias.
En 2015, tornamos a lo que considerábamos nuestro verdadero hogar, empezando otra vez de nuevo.
A partir de ahí, la isla, tras tantos viajes, se nos quedaba corto y en ese momento descubrimos la vida de viajar en mochila. Vivimos varias aventuras, estuvimos en Londres, Mallorca, Roma, Pisa, entre otros.
Pero como siempre, no fue suficiente.
Tras 6 años en Tenerife, decidimos ir más allá, decidimos lanzarnos en la vida nómada, un año sabático en el que país inicial era Francia, aunque no sabíamos que este iba a ser un destino bastante temporal.
Y es así como resumidamente termine en la Bretaña Francesa, en el departamento de Finisterre para ser más concretos.
Su nombre se le debe ya que en su momento se le consideraba el fin del mundo, de hecho es su traducción literal.
Otro dato curioso es que su dialecto, el bretón, pertenece a una de las naciones celtas. Es hablado por más de dos mil personas y se le considera una lengua en peligro de extinción.
Finalmente, es una de las zonas menos frías de toda Francia y cuenta desde hermosos paisajes rústicos hasta playas inmensas.
Espero que les haya gustado un poco de mi historia, ya que para poder comprender la historia de todo lugar hay que saber primero la historia de uno mismo.
Y para terminar con este artículo, cito una frase muy famosa e interesante de Napoleón Bonaparte, relacionado con este tema: "Aquel que no conoce su historia, está condenada a repetirla"
Hermoso blog , me quedé con ganas de seguir leyendo más historias interesantes.
Felicidades. A ti, por contar esta HISTORIA increíble y la de tus padres, que son muy grandes. Personalmente conozco a tu padre y es todo un ejemplo de gran persona. Pásenselo bien y ni un paso a tras, para adelante. Disfruten de la vida a tope.....
Felicidades!! Me encanta la página, esperando una nueva publicación!